Justo hoy estaba yo dándole vueltas en la cabeza a un texto después de ver cierto documental sobre ruinas recientes. Bajo el título de “Unfinished spaces”, aparecían recogidos varios testimonios de arquitectos y alumnos que participaron en la edificación del Instituto Superior de Arte (ISA). Todos narraban la belleza original del proyecto, lo novedoso de su estructura y los deseos de hacer coincidir en él tanto la forma como la creación. Pero también hablaron del abandono de la construcción de algunas de sus facultades, que nunca llegaron a terminarse. De manera que estaba yo pensando en columnas, ladrillos y techos cubiertos de maleza cuando me llamaron para contarme de un derrumbe en Centro Habana. En las calles Infanta y Salud, un edificio de tres plantas no soportó más y se vino abajo en la noche del martes 17 de enero.
Enseguida recordé la cantidad de veces que había transitado por esa cuadra apurando el paso ante el mal estado de los balcones y de las paredes. Evoqué todos aquellos momentos en que me pregunté cómo era posible que siguiera habitado aquel lugar tan al borde del colapso. Para los habitantes de ese edificio, llegó demasiado tarde la rebaja de materiales de construcción decretada sólo hace unas pocas semanas. Los daños estructurales que sufría el inmueble ya no tenían remedio, porque eran el resultado de la indolencia estatal y las décadas de falta de pintura, cemento y otros recursos materiales para reparar. El quejido que se sintió antes de ceder el piso y desplomarse los muros forma parte también del estertor arquitectónico de una barriada con casas hermosas. pero en estado terminal.
Hasta ahora, los medios oficiales han reportado tres fallecidos y seis heridos en el derrumbe de la calle Infanta. Personas que vivieron los últimos años de su vida mirando hacia arriba y calculando el tiempo que le quedaba a las vigas del techo, temiendo lo que finalmente sucedió. ¿Cuántos otros hay en esta capital que pueden correr mañana la misma suerte? ¿Qué solución urgente se aplicará para que esas tragedias no sigan siendo parte del escenario cotidiano? No vamos a aceptar una respuesta al estilo de que “se está estudiando el tema para aplicar soluciones de manera paulatina”. Tampoco nos vengan ahora con que la culpa la tienen los propios moradores que se quedaron en un lugar inhabitable. ¿A dónde hubieran podido ir? En lugar de eso exigimos que se construya, se repare, se nos proteja.
Do blog de yoanis, a blogueira cubana.
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